sábado, 15 de junio de 2013

Equilibrio para la mente y el cuerpo con el Tai-chi

El tai-chi es una arte marcial de China que combina la respiración profunda con la relajación y la ejecución de una serie de posturas corporales que se encadenan a partir de una sucesión de movimientos lentos y fluidos. Se trata de una disciplina eficaz contra la ansiedad y la depresión que ayuda a establecer la armonía necesaria entre cuerpo y mente. Frente a otras actividades, es una actividad apta para todas las edades y no requiere aptitudes especiales de coordinación o flexibilidad. 

En cada sesión se trabajan tres aspectos que son los que hacen que esta disciplina aporte muchos beneficios tanto a la mente como al cuerpo: movimiento, meditación y respiración profunda. El movimiento es lento y con él se adquiere equilibrio, flexibilidad, resistencia y coordinación; y debe moverse de manera natural, relajada, suelta y fluida. 

La respiración profunda permite la expulsión de toxinas (al exhalar) y un aumento de la capacidad pulmonar y la liberación de tensiones (al inhalar). Debe ser relajada y fluir de manera natural: respiración abdominal. 

Gracias a la meditación que acompaña a todos los ejercicios se elimina la ansiedad, se consigue una mayor capacidad de concentración y se reduce tanto las pulsaciones como los niveles de presión sanguínea. Todos estos efectos convierten al tai-chi en una práctica especialmente recomendada para aquellas personas que están sometidas a elevados niveles de estrés y ansiedad, las que están atravesando una depresión, las personas hiperactivas y las que tienen problemas de concentración o memoria. 

A nivel orgánico, uno de los aspectos en los que más beneficio ha demostrado el tai-chi ha sido el incremento de la masa ósea, por lo que resulta muy recomendable para prevenir la osteoporosis. Además, los movimientos circulados de las posturas realizadas favorece la circulación de la sangre estimulando la musculatura y favorece la combustión de azúcar, con lo que también se consigue una reducción notoria del volumen corporal. 

La influencia del Tai Chi sobre el sistema nervioso es obvia. La tonificación equilibrada del sistema nervioso por la realización unificada de los movimientos favorece la capacidad de la atención y la calma. Contribuye a la armonización, la liberación progresiva de movimiento, de la respiración y de la atención. La práctica enseña a sentir la fluidez de los gestos y a descubrir la suavidad en la actividad. Influye sobre nuestra mente y descubriremos cómo nos volvemos menos rígidos y más flexibles.
La atención en la respiración permite que poco a poco las imágenes y los pensamientos se expresen sin que uno sea invadido por esa actividad interior. Desarrolla la capacidad de percibir las imágenes y los sentimientos inconscientes que se corresponden al principio de atención. Comporta un beneficio terapéutico cuando uno lo practica con constancia y su práctica garantiza progresivamente una mayor armonía con uno mismo y con el entorno, permitiendo remediar los desequilibrios de las condiciones en las que nosotros vivimos, producto de andar agitado y rígido, exterior e interiormente.



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