martes, 30 de julio de 2013

Recuerdos para ser feliz

¿Quieres sentirte feliz cada día? Recordar buenos momentos del pasado durante veinte minutos al día hará que te sientas más alegre y feliz.

Varias investigaciones han demostrado que, en determinadas condiciones, un estímulo puede desencadenar una avalancha de buenos recuerdos muy positivos individualmente, incluso en aquellas personas menos sentimentales. Los buenos recuerdos hacen que nos sintamos vinculados a la vida y que estemos de mejor humor, pues permite que esos momentos se conviertan, de algún modo, permanentes. Podrás ser feliz con sólo dedicarte un rato al día, buscar en tu interior y sacar los mejores recuerdos que tienes de tu pasado.

Resulta especialmente efectivo escribir relatos sobre nuestro pasado más feliz, volver a ver las películas que nos hicieron pasar buenos momentos o nos hicieron felices en nuestra infancia, y quedar con amigos para contar "batallitas" de aquellas vacaciones tan divertidas o aquel curso tan lleno de anécdotas.

Quien sabe, quizá descubras que de tus recuerdos más felices puedas escribir una novela. Escribir también te ayudará a que esos recuerdos estén más presentes, te enseñará a expresarte y sacar tus sentimientos sin miedo a los tabús o a los qué dirán, ya que el lector más importante de esos recuerdos eres tú.

domingo, 28 de julio de 2013

Ocio sin estrés

Ya sabemos que es difícil desconectar del trabajo o los estudios, incluso en vacaciones. Pero te voy a dar un secreto: cambia radicalmente tu actividad individual.

En ocasiones, el tiempo de ocio se vuelve en nuestra contra al no saber muy bien como desconectar del estrés diario. Las jornadas pueden llegar a ser tan intensas que, al parar de repente en vacaciones, la inercia nos arrastra y parece que no sepamos buscar nuevas actividades personales y lúdicas. Podemos incluso experimentar ciertos estados de ansiedad e inquietud al no conseguir desconectar del todo.

Hay una cuantas ideas que pueden ayudarte a disfrutar más plenamente del tiempo libre con mayor facilidad, como por ejemplo, planificar con antelación el tiempo libre y no dejarlo para las vacaciones. Este es un motivo de estrés, ya que al ver que pasan los días y no conseguimos encontrar lo que deseamos hacer nos provocará una situación de incertidumbre y/o agobio. Hay que tener en cuenta que el ocio no es "no hacer nada", sino hacer lo que no hacemos habitualmente (como ya decía anteriormente en otra entrada de este blog: "desconectar del estrés diario")

El mejor descanso es cambiar de actividad y hacer cosas nuevas. La simple novedad de una tarea capta nuestra atención e interés, por lo que la realizaremos con más ganas y su disfrute será mayor.



viernes, 26 de julio de 2013

Para resolver tus conlictos

Ante un conflicto con cualquier persona, debemos compartir nuestros sentimientos y escuchar al otro.

Muchos conflictos son una buena oportunidad para revisar nuestros sentimientos respecto a algún tema y de nuestro vínculo con las personas. Podemos seguir tres fases para solucionarlos de forma constructiva: ser capaces de ver que tenemos un conflicto, darnos cuenta de que necesitamos actuar para resolverlo, y pensar las acciones que debemos realizar para conseguirlo.

Siguiendo estas simples pautas podremos resolver los problemas que nos vengan con otra persona. En primer lugar, tómate un tiempo  un espacio para darte cuenta de qué es lo que te genera malestar. Piensa como te sentiste ante la situación. Ahora visualiza un escenario neutral, fuera del lugar donde ocurrió el conflicto. Imagina que te encuentras con esa persona para decirle cómo te sientes.

Cuando hayas descubierto cuales son tus sentimientos, proponle a tu compañero un encuentro para explicarle cómo te sientes, así él también puede plantear sus sentimientos y su punto de vista. Compartir lo que sientes no implica darle la razón al otro, se trata de que hables de ti y de lo que sientes. Si los dos creáis un espacios para escucharos, es fácil que lleguéis a un punto de encuentro donde os podáis entender. Además, es posible que con ese encuentro comencéis a tener una comunicación más auténtica y que se aclaren vuestras diferencias.

No cuesta nada expresarse y compartir con los demás, te sentirás mejor tú y harás que el otro se sienta bien también.

jueves, 25 de julio de 2013

Abrirse a la vida

Dejar de sufrir es una elección, una determinada actitud ante la vida. Es entender que ésta nos brinda más oportunidades de las que estamos dispuestos a ver.

Muchas veces, sin saberlo, nos limitamos para disfrutar de la vida y dejamos pasar momentos de los que podríamos haber disfrutado sin darnos cuenta. Perseguimos metas inalcanzables, y cuando vemos que se alejan, comienza la frustración y sentimos que el  mundo se nos cae encima y que es el responsable de nuestra infelicidad. Es aquí donde solemos limitamos, en vez de abrirnos a otras opciones que tenemos ante nosotros.

Para no estancarnos en la queja, necesitamos saber que nos hace sufrir, ya que centrarnos en el sufrimiento tiñe el entorno de quien sufre. Al surgir otras opciones, la fijación hacia la frustración cede. Lo que antes era toda su vida, ahora es un problema más.

La actitud y la aceptación son las dos claves para el proceso de mejorar. Si sé aceptar mi realidad, sabré aprovechar lo que poseo. Nuestra forma de ver el mundo es una proyección de lo que sentimos respecto a nosotros mismos.

Para vivir en un lugar mejor, debemos empezar por estar bien con nosotros y tomar nuestras limitaciones como un punto de partida el cuál mejorará.

sábado, 20 de julio de 2013

Dar nuestra opinión sin miedo al qué dirán

Para poder disfrutar de las relaciones plenamente, necesitamos sentirnos libres para expresar nuestras propias opiniones, inquietudes y pensamientos. Si aprendemos a aceptarnos y a confiar en nosotros mismos, podremos mostrar sin miedo nuestro auténtico ser. 

Partimos de experiencias vitales y habilidades diferentes, por lo que no todas las personas nos expresamos de la misma manera. Lo esencial para todos es ser uno mismo y poder expresar aquello que deseamos expresar, además de sentirnos bien haciéndolo. Si callamos siempre las cosas, acabamos por no tener nada que decir. Todos necesitamos ser vistos, oídos y tocados. El contacto y la comunicación con los demás son esenciales para nuestra salud: cuanto más abiertamente nos mostremos, más recibiremos de los demás. 

La principal dificultad para expresar opiniones se encuentran en estados emocionales que oscilan entre la ligera timidez hasta el miedo, que pueden venir de experiencias pasadas. Si no lo aprendimos en su momento, nos tocará aprenderlo de mayores. 

Para empezar, podemos decir lo que pensamos o sentimos en ambientes en los que nos sintamos aceptados y en confianza; y a medida que crece la relación, atrevernos en más contextos. No se trata de expresarse impulsivamente con el objetivo de herir a los demás, te sentirás mejor hablando con tacto y teniendo en cuenta la sensibilidad de los demás. No se trata de dejar de expresarte sino de hacerlo con empatía para que los demás tenga la oportunidad de decir lo suyo. 

La expresión satisfactoria de uno mismo está ligada a la confianza y aceptación de quienes somos, además de al respeto y tolerancia hacia los demás. Nuestras opiniones reflejan nuestra forma de ser y vivir, por lo cual no podemos darles de lado. Hay que superar las dificultades y potenciar su expresión. 
¡TODOS TENEMOS ALGO QUE APORTAR AL MUNDO! 
Nuestras palabras cuentan porque con el intercambio mutuo de opiniones podemos reflexionar, sentir, aprender y evolucionar. 






miércoles, 17 de julio de 2013

Desconectar del estrés diario

Hoy en día vivimos a un ritmo acelerado y vertiginoso. En muchas ocasiones, acostumbrados a las actividades del trabajo y las tareas estresantes diarias, nos cuesta desconectar y relajarnos en los períodos de vacaciones o descanso. 

Cultivar una pereza consciente puede suavizar el estrés diario, que suele sufrirse con más intensidad entre semana. Por supuesto, no consiste en fomentar la pura y simple vaguería, porque a la larga, también estresa el no hacer nada. Lo que sugiero es buscar momentos de relax, momentos dedicados a ti, y a ser posible cerca de la naturaleza, ya que te ayudará tanto a relajarte como a sentirte más cerca de tus emociones innatas. 

Aunque parezca una contradicción, a veces, darle frenazos a la vida (descansos) puede aumentar las ganas de vivir y la calidad de vida. El secreto está en saber encontrar ese tiempo para ti mismo. Por ejemplo para cocinar o comer sin prisas, meditar, pasear, hacer ejercicio o acudir a lugares donde relajarse: ir en busca del mar, contemplar un amanecer, disfrutar de una puesta de sol, escuchar de la naturaleza en el campo o, simplemente, abrazarse a un árbol. Disfruta de la naturaleza, sus paisajes y lo que puede aportarte con su tranquilidad.

Emprender proyectos personales, que nos hagan ilusión, e ir realizándolos poco a poco, también ayuda a ser regulares en el arte de la buena vida. Porque desconectar de las preocupaciones requiere práctica y voluntad, y como siempre digo, es un trabajo que está en tu mano. 




martes, 16 de julio de 2013

10 pasos para conectar con tus deseos


Muchas veces, nuestras necesidades y deseos más profundos están escondidos bajo la negación. Lo evitamos o lo bloqueamos, en muchos casos para no enfrentarnos a sentimientos que nos asustan. Para el crecimiento es necesario darse cuenta y aceptar las necesidades de cada uno. Saber qué deseamos en cada momento es la clave de la realización personal. Sólo sin máscaras veremos el camino hacia nuestra felicidad. 

  1. Identifica tus máscaras. Hay que empezar dándose cuenta de cuáles son los roles, estereotipos o creencias que no nos están permitiendo expresar y ser lo que somos. 
  2. Acéptate como eres. Para que el deseo genuino pueda surgir, es necesario que aceptemos tanto nuestras capacidades como nuestros límites, nuestros aspectos agradables y desagradables. Solemos criticarnos cuando nos surgen emociones como la rabia, la envidia o el miedo porque pensamos que no deberíamos sentir todo eso. Así, nos exigimos ser como "creemos que debemos ser" y nos perdemos toda la riqueza de lo que en realidad "somos". 
  3. Aprende a pedir ayuda. Para llegar a saber lo que necesitamos o queremos, algunas veces es necesaria la ayuda de otra persona o un profesional. Es importante que no nos creamos autosuficientes u omnipotentes y que aceptemos la ayuda como una manera de poder crecer y llegar a obtener lo que necesitamos. Aceptar que uno tiene límites es un paso importante para encontrarse a sí mismo. 
  4. Crea una imagen positiva. Para poder pedir es necesario saber que queremos y construir una imagen interna positiva de aquello que deseamos conseguir. Cuanto más presente tengas tu objetivo, más caminos crearás hacia su meta.
  5. Acepta la confusión. Debes aprender a sostener el malestar y saber que es un paso necesario para poder llegar al cambio. Es esencial confiar en la tendencia autorreguladora del organismo. La confusión ayudará a tomar elecciones que serán importantes para nuestro camino, y ayudará a saber cuestionar y elegir la opción más adecuada. 
  6. Pasa a la práctica. Es momento de practicar y empezar a trabajar por lo que deseamos. Disfrutaremos del proceso de conseguir lo que queremos evitando centrarnos sólo en el objetivo final o perdernos la experiencia de vivir. 
  7. Relaciónate con el entorno. El ser humano necesita estar en relación con su entorno para satisfacer sus necesidades, la realización de nuestros deseos pasa siempre a mejorar el contacto con nuestro medio. El hecho de aceptar que no podemos vivir aisladamente de los demás y que necesitamos el contacto afectivo con ellos es un paso para no sentirnos solos o aislados. 
  8. Acepta los errores. Cuando emprendemos un camino nuevo, un cambio de vida u otra manera de estar en el mundo, lo normal es cometer algún fallo. La mayoría de las veces, el éxito no dependerá de que hagamos las cosas perfectas en el momento justo, sino de que seamos perseverantes e insistamos en conseguir nuestros deseos. Casi siempre se puede rectificar, sabiendo que camino no nos interesa. 
  9. Reajusta tu percepción. A medida que seamos más capaces de materializar los deseos, es probable que se produzca un cambio de nuestra percepción y éstos cambien. Es normal y es señal de que vamos madurando como personas. Si no nos vemos deseando cosas diferentes a lo que hasta ahora deseábamos, no hay que verlas como una contradicción, sino abrirnos a ellas ya que lo que hemos hecho nos a permitido llegar a ellas. 
  10. Prepárate para más. Disfruta con el proceso  de trabajar en tus deseos, ya que siempre surgirán otros deseos u otras metas a las que tendrás que ponerte en marcha. 

Cuando platees un deseo, una solución definitiva es tomarse la vida presente como una emocionante aventura, disfrutar del trabajo que tenemos entre manos y apreciar las pequeñas cosas que hacemos para conseguirlo. El mejor deseo es que en la vida podemos ir renovando nuestros deseos. 

viernes, 5 de julio de 2013

Liberarse del estrés

Sabemos que las tensiones producen contracturas y rigideces, pero también es cierto lo inverso: desahaciendo esas contracciones, la mente se calma. Por eso, relajar el cuerpo es liberarse del estrés. 

Cuerpo y psique son aspectos relacionados. Del mismo modo que toda tensión emocional se traduce en una contractura muscular, cualquier represión psíquica no expresada produce contracturas musculares permanentes. Éstas, al cronificarse, acaban por pasar inadvertidas, pero producen alteraciones fisiológicas que alteran nuestro nivel de vida. Los conflictos emocionales se expresan así, a través del cuerpo, por lo que mediante un trabajo de relajación muscular se consigue deshacer estas contracturas de forma lenta y segura. Al mismo tiempo, van desapareciendo las consiguientes tensiones emocionales, y los asuntos que alteran nuestra mente van perdiendo proporcionalmente su importancia. 

Relajados cuerpo y mente, la vida afectiva deja de estar pendiente de mil estímulos y cambios superficiales adquiriendo una profunda estabilidad. La mente reduce su hiperactividad pasando a un estado de serenidad que nos da mayor claridad. Algunas actitudes pueden resultar útiles a la hora de mantenernos relajados y evitar estados de estrés y ansiedad:
  • Autoconfianza: intenta evitar compararte con otros, cada uno tiene sus propias virtudes y formas de hacer las cosas.
  • Aceptación en lugar de control: tener claro qué podemos controlar y qué no. Generalmente, lo único que podemos tener bajo control son nuestras propias acciones.
  • Distanciamiento de los problemas: prueba a mirar lo que sucede como si fueras otra persona, o bien como si ese problema fuera de otra persona o como si ya hubiera pasado mucho tiempo. 
  • Vivir el momento presente: nos libera de las cadenas de todo lo que ha sucedido, así como de todo lo que vendrá. A través de la atención podemos entregarnos en cuerpo, mente y alma al aquí y ahora. 

"Aunque no podamos evitar que los pájaros de la tristeza vuelen sobre nuestra cabeza, si podemos prevenir que aniden en nuestro cabello."
Te propongo una adaptación resumida del método de Jacobson, que si te habitúas a practicarla regularmente, reducirás drásticamente tu estrés.


  1. Escoge un sitio recogido y tranquilo en el que nadie te moleste. Puedes estar sentado o tumbado, lo principal es que estés cómodo durante todo el rato que vaya a durar la experiencia. 
  2. Empezar con respiraciones lentas y completas. Insipras, y cuando estés lleno, retienes el aire unos segundos para soltarlo de forma lenta hasta quedarte totalmente vacío. Mantienes ese vacío de aire durante unos segundos, tras lo cuales vuelves a tomar aire iniciando de nuevo la secuencia. 
  3. Siguiendo la secuencia de respiración, durante la inspiración cierra con fuerza los puños de tus manos, y al soltar el aire suéltalos. Repite tres veces esta secuencia de apretar y soltar. Después de tres veces, añade a los puños la tensión de ambos brazos hasta los hombros y su posterior relajación durante otras tres respiraciones. 
  4. Realiza otra secuencia de tres respiraciones en la que, además de el total de los brazos, tensa y destensa los pies. Después, añadiremos en otras tres respiraciones, la tensión y distensión de las piernas y nalgas. 
  5. A continuación, junto con la tensión de las cuatro extremidades (piernas y brazos), arquea suavemente la espalda, hinchando lo más que puedas el pecho, para finalmente soltar y relajar todo el conjunto. Todo en una secuencia de tres respiraciones completas. 
  6. Seguimos elevando el nivel de ejercicio implicando la zona del abdomen. En esta parte es importante que alargues el tiempo en el que retienes el aire y e tiempo en el que te mantienes sin él. Lo más importante es que prestes atención a tus sensaciones cuando estás totalmente relajado. También durante una secuencia de tres respiraciones. 
  7. El último paso de la práctica es incluir el rostro en la tensión y distensión. Primero, en entrecejo; después, los párpados y ojos; más tarde, la nariz; y, para acabar, los labios y mandíbula. Mantén la secuencia de tres respiraciones ara cada una de las partes del rostro, ya que, además de la musculatura facial, estamos aflojando toda la máscara de tu expresión. 
  8. Una vez completado el ejercicio es bueno que te quedes en calma durante un par de minutos dejando que tu cuerpo entre en reposo. Date cuenta de la tranquilidad en la que ha debido quedar tu mente. 
Esta práctica, además de un profundo bienestar, produce un incremento del grado de conciencia corporal, permitiendo a los pocos dias de su utilización diaria la rápida localización y paulatina relajación de tensiones musculares profundas. Con un poco de paciencia vas a adquirir la suficiente sensibilidad para detectar en qué momentos o situaciones te tensas y cómo aflojarte con relativa facilidad. 

lunes, 1 de julio de 2013

Tener actitudes más positivas

En la vida nos enfrentamos a muchos problemas que para unas personas pueden suponer un sufrimiento y para otras un reto. Lo importante no es tanto lo difícil de la situación sino la importancia que le damos. Por eso, para dejar de ver la vida como una constante amenaza, hay que modificar nuestra actitud en rtes áreas básicas.


  1. Tu relación contigo mismo
Lo primero es mejorar la manera en que te ves a ti mismo, ya que la inseguridad personal y la baja autoestima añaden una carga importante de sufrimiento que es innecesario. Un paso importante para el desarrollo personal es construir un diálogo interno sano. 
  • Escribe en un papel tus cualidades y léelas cada día. Si preguntas a los demás te ayudará a tomar conciencia de tu valía personal, de tu capacidad para transformar tu vida y confiar en ti. 
  • Favorece el desarrollo de emociones agradables y del sentido del humor. Haz una lista de diez cosas que te hagan disfrutar y sentirte bien. Incorpóralas a la rutina diaria y a tu tiempo libre. 
  • Toma conciencia y date cuenta de tus emociones negativas y del diálogo interno que las sustenta. Evita términos extremos, inflexibles, exagerados y de culpabilidad frecuente. 
  1. Tu relación con la realidad
La vida es como es, no como creemos que debería ser. Yo no soy como los demás quieren que sea. Tú no eres como a mí me convendría: SOMOS QUIENES SOMOS. Tenemos que aceptar que en la vida también hay dolor. 
  • Apóyate en los demás.
  • Mimate y cuida tu cuerpo y tu mente. Cuida tu alimentación y busca actividades que te aporten bienestar y tranquilidad. 
  • Piensa en las cosas valiosas que tienes a tu alrededor y también en todo aquello que siempre has querido hacer pero no has podido realizar hasta ahora. 
  1. Tu relación con tu mente
Cuando nos preocupamos excesivamente, acabamos sumergiéndonos en el egocentrismo, descuidando a los demás y a nosotros mismos. Esta actitud nos genera ansiedad. Cuando te preocupes algo puedes sentirte mejor contigo mismo del siguiente modo:
  • Pregúntate: "¿Cuál es el problema?". Descríbelo de la mejor manera. 
  • Dibuja una tabla con dos columnas. La primera se llamará "Aceptar lo inevitable", donde anotarás los componentes de tu situación que no se puede cambiar. La segunda, "Mi área de libertad", donde recogerás las alternativas posibles que puedes realizar. 
  • Escribe los pasos concretos que necesitas llevar a cabo para materializar la alternativa que has elegido. 

Puedes ser más feliz si cambias tus actitudes!!!!