lunes, 7 de octubre de 2013

Tratar a los demás con amabilidad te hace mejor persona

El mundo sería mucho mejor si todos nos comportásemos de una forma más educada. No me refiero solo a las normas sociales, sino, a adoptar una actitud más tolerante y generosa hacia los demás.

Recibir una sonrisa por la mañana nos puede alegrar el resto del día. Se trata de un gesto mínimo pero que puede tener una repercusión enorme. La amabilidad hacia el otro no es una simple muestra de cortesía, sino algo más. Es el engranaje en el que se sustentas valores tan importantes como la armonía entre las personas, la convivencia pacífica y el placer de vivir en sociedad.

"La amabilidad es como una almohadilla, que aunque no tenga nada por dentro, por lo menos amortigua los embates de la vida". Arthur Schopenhauer. 

Hacer un mundo mejor no es difícil. Si hacemos el  esfuerzo de ser amables con otros, incluso con los desconocidos, el mundo en el que vivimos mejoraría considerablemente. Para ello no hay que esperar que los primeros en ser conscientes sean los demás, sino que empecemos nosotros mismos a serlo. La amabilidad tiene efecto "bumerang", tiende a volver hacia el lugar desde el que parte. Si procuramos sembrar sonrisas por donde vayamos, nuestra relación con los demás mejorará considerablemente.

Practica la cortesía

Si quieres transformar por completo el mundo que hay a tu alrededor, empieza desde hoy mismo a convertirte en un especialista de la amabilidad.
Para generar simpatía no basta con esbozar una sonrisa fingida, es necesario cambiar nuestra forma de concebir el mundo, cambiar nuestro "chip". Las personas verdaderamente amables tienen una serie de rasgos comunes. Son muy empáticas, capaces de ponerse en el lugar de los demás y comprender sus sentimientos, además de ser generosas y tener una concepción más positiva del mundo.

A la hora de relacionarte mejor con tu entorno, no intentes buscar el protagonismo de los demás imponiéndolo. No se trata de ser el primero en todo, sino de conseguir un mayor entendimiento entre el grupo, fomentando valores como el respeto y la tolerancia. En situaciones conflictivas, en lugar de dejarse llevar por la ira o el enfado, las personas amables usan técnicas más constructivas. El objetivo no es salirse con la tuya a cualquier precio, sino ceder terreno con tal de solucionar el problema y lograr el bien común.

Preocuparse sinceramente por los demás facilita la comunicación y el entendimiento. Es necesario, por tanto, salir de nuestra burbuja y vivir con más intensidad las relaciones con las personas que nos rodean. ¡Haz la prueba!

No hay comentarios:

Publicar un comentario