miércoles, 30 de octubre de 2013

Comida y autoestima

En muchas ocasiones, el verdadero problema de una persona que come en exceso no es con la comida, sino la autoestima. Se comienza a comer para aliviar alguna emoción o para taparla. Pero todos sabemos que esa no es la solución y que hay que cambiarlo. ¿Te costará afrontar lo que sientes por ti mismo? Si, pero tu autoestima eres tu. Lo importante es quererte, y ser consciente de lo que sientes por ti mismo para poder mejorarlo, porque si tu no empiezas a quererte, a los demás les costará hacerlo también. 

Imagina la autoestima como el típico vaso de agua, situado en cada uno de nosotros. Hay momentos en los que el vaso está lleno, sentimos nuestras necesidades, valores y emociones, y su contenido es como el combustible que nos permite vivir la vida con plenitud. En otros momentos, el vaso está vacío, nos cuesta relacionarnos y nos sentimos sin energía. 

Las personas con baja autoestima no valoran lo que son y, por eso, sus vasos están vacíos. El malestar puede hacer que quieran llenar ese vacío con cosas externas, como la comida. Comemos compulsivamente porque estamos hambrientos de autoadaptación. Aborrecemos la comida porque no podemos digerir las partes conflictivas de nosotros mismos. 

Pregúntate en que medida (del 0 al 10) te valoras y disfrutas de la vida. Cuando puedas relacionar tus conductas de comer mal con un vacío interno, podrás empezar a trabajar para recuperarte. Todo lo que mejore tu autoestima te ayudará a comer mejor y todo lo que hagas para comer mejor te ayudará con tu autoestima. Se trata de estar atentos para encontrar formas de tratarnos con más respeto y amor, evitando las situaciones que nos degradan y nos dañan. 

¿Quieres mejorar tu autoestima?

En primer lugar debes conocerte a ti mismo. Para ello debes analizar cuáles son tus cualidades positivas y negativas. ¡Fuera los pensamientos negativos! Tú mismo puedes ser tu peor enemigo al exigirte en exceso. Puedes caer en la trampa de la autocrítica excesiva en los momentos en los que no has conseguido algo que te has propuesto. Una manera de ir cambiando estos pensamientos para que no sean tan dañinos es ir apuntándolos y modificarlos por otros más positivos. De esta manera, irás automatizando poco a poco este cambio hasta que seas capaz de hacerlo automáticamente. 

Hay que hay que destacar la importancia que tiene la inteligencia emocional en la autoestima. Para mejorarla es necesario conocer las emociones y conductas derivadas de las mismas, y valorar si éstas son adaptativas o no. Identificar tus sentimientos y conocer el momento en el que se producen es fundamental. 


viernes, 25 de octubre de 2013

¿Eres inseguro/a? Gana seguidad por ti mismo/a

Es normal que nos sintamos inseguros en muchas ocasiones, no existen las personas completamente seguras, aunque hay quién puede aprenderlo. Todos conocemos la incertidumbre, pero si aprendemos a convivir con nuestras propias dudas y limitaciones, y somos conscientes de que en la vida hay cosas que es escapan de nuestro control, ganaremos seguridad porque sabremos lidiar con nuestros temores.

A mayor duda y miedo que sintamos, más intentaremos oponernos. Podemos aparentar que somos personas seguras, pero nunca podremos convencernos a nosotros mismos, viviremos todos nuestros actos con una carga de tensión interior, pendiente de que no se nos vea dudosos, inciertos, temerosos. Y eso tendrá enormes costos emocionales presentes y futuros.

Aceptar las dudas, el miedo y la incertidumbre nos permitirá preguntarnos qué necesitamos para afrontar cada situación de nuestra vida, y nos conducirá a explorar qué recursos de los que necesitamos está e nosotros. Qué necesitamos para fortalecerlos, qué ayuda debemos pedir y a quién, cómo hacer para lograrlo. Es decir, aceptarnos nos ayudará a transformarnos y crecer como personas.

Quienes admiten sus carencias, sus imperfecciones, son personas más enteras y más libres. Cuanto más nos conocemos en nuestras posibilidades y limitaciones, cuánto más nos valoramos con lo que tenemos y con lo que no, estamos en mejores condiciones de asumir nuestra existencia en el aquí y ahora. Vivimos en el presente y nos enfrentamos a la vida de cara. Es en el aquí y ahora donde transcurre de veras nuestra vida. La inseguridad o el miedo se relaciona con lo que aún no ocurrió y, en verdad, no sabemos si ocurrirá. ¿Porqué sentirnos inseguros? La situación puede cambiar y está en tu mano que ese cambio sea favorable o no. Aceptar la inseguridad nos hará vivir mas seguros, ya que estaremos preparados para ella. La persona más segura no es la que sabe y puede todo, sino la que sabe qué cosas ignora y se aplica en lo que conoce.

¿Quieres ganar seguridad?

- Explora tu mundo interior para conocer los propios recursos y aceptar las propias limitaciones.
- Acepta quién eres y valora lo que eres.
- Asume que, en la vida, muchos acontecimientos están fuera de tu control.
- Concéntrate en aquellos pasos que dependen de ti y aplica a ellos los recursos disponibles.
- incluye la duda y la incertidumbre como compañeras posibles de tus acciones y decisiones, sabiendo que son parte de las emociones y sensaciones humanas, sin pelear con ellas.

No es la ausencia de dudas  y temores lo que hará una persona segura de ti misma, sino tu capacidad de actuar con ellos, tu satisfacción con los procesos antes que con los resultados. Lo que nos da seguridad es haber sido fieles a nuestros pensamientos y sentimientos.

martes, 22 de octubre de 2013

Reduce el estrés a través de la atención

Cuando la mente está agobiada por un acontecimiento particular, se activa un"piloto automático" con el que el cuerpo funciona pero la mente empieza a darle vueltas al tema. La mente está enganchada a un proceso de rumiación en el que, de tanto darle vueltas al tema, la sensación de malestar aumenta, y las posibilidades de resolverlo disminuyen. Los recursos van "contaminándose" con emociones negativas hasta que, al final, ya no se puede distinguir con claridad lo que ocurre exactamente.

Por ejemplo, como te preocupas tanto por tu futuro, el miedo empieza a generar ansiedad y entonces decides dedicarle más tiempo al trabajo, sin darte cuenta de que quizás estas intentando escapar de la situación en vez de afrontarla.

El estrés incide sobre ti en tres dimensiones: cuerpo, mente y comportamiento. A nivel corporal, es estrés es responsable de muchos dolores musculares, problemas del aparato digestivo o falta de sueño. A nivel mental, el estrés está relacionado con la ansiedad y la depresión. En la dimensión del comportamiento, el estrés favorece el consumo de sustancias como café, tabaco, drogas o alcohol, que alivian las sensaciones de malestar SÓLO temporalmente, fomentan reacciones de agresión o evitación y producen aislamiento en las personas.

Otra estrategia para combatir el estrés sería la atención plena, que consiste en afrontar el problema con la objetividad del sosiego interior y elegir la solución más adecuada para nuestros intereses. El objetivo es tomar conciencia de lo que ocurre en el cuerpo-mente y facilitar la autorregulación de las emociones negativas.

Los cursos de reducción del estrés son muy útiles porque entrenan en distintas situaciones. Suelen tratar temas como la atención plena, la inteligencia emocional, el estrés, el dolor, las respuestas al estrés, la comunicación, la alimentación y la gestión del tiempo.


lunes, 7 de octubre de 2013

Tratar a los demás con amabilidad te hace mejor persona

El mundo sería mucho mejor si todos nos comportásemos de una forma más educada. No me refiero solo a las normas sociales, sino, a adoptar una actitud más tolerante y generosa hacia los demás.

Recibir una sonrisa por la mañana nos puede alegrar el resto del día. Se trata de un gesto mínimo pero que puede tener una repercusión enorme. La amabilidad hacia el otro no es una simple muestra de cortesía, sino algo más. Es el engranaje en el que se sustentas valores tan importantes como la armonía entre las personas, la convivencia pacífica y el placer de vivir en sociedad.

"La amabilidad es como una almohadilla, que aunque no tenga nada por dentro, por lo menos amortigua los embates de la vida". Arthur Schopenhauer. 

Hacer un mundo mejor no es difícil. Si hacemos el  esfuerzo de ser amables con otros, incluso con los desconocidos, el mundo en el que vivimos mejoraría considerablemente. Para ello no hay que esperar que los primeros en ser conscientes sean los demás, sino que empecemos nosotros mismos a serlo. La amabilidad tiene efecto "bumerang", tiende a volver hacia el lugar desde el que parte. Si procuramos sembrar sonrisas por donde vayamos, nuestra relación con los demás mejorará considerablemente.

Practica la cortesía

Si quieres transformar por completo el mundo que hay a tu alrededor, empieza desde hoy mismo a convertirte en un especialista de la amabilidad.
Para generar simpatía no basta con esbozar una sonrisa fingida, es necesario cambiar nuestra forma de concebir el mundo, cambiar nuestro "chip". Las personas verdaderamente amables tienen una serie de rasgos comunes. Son muy empáticas, capaces de ponerse en el lugar de los demás y comprender sus sentimientos, además de ser generosas y tener una concepción más positiva del mundo.

A la hora de relacionarte mejor con tu entorno, no intentes buscar el protagonismo de los demás imponiéndolo. No se trata de ser el primero en todo, sino de conseguir un mayor entendimiento entre el grupo, fomentando valores como el respeto y la tolerancia. En situaciones conflictivas, en lugar de dejarse llevar por la ira o el enfado, las personas amables usan técnicas más constructivas. El objetivo no es salirse con la tuya a cualquier precio, sino ceder terreno con tal de solucionar el problema y lograr el bien común.

Preocuparse sinceramente por los demás facilita la comunicación y el entendimiento. Es necesario, por tanto, salir de nuestra burbuja y vivir con más intensidad las relaciones con las personas que nos rodean. ¡Haz la prueba!

jueves, 3 de octubre de 2013

¿Te atreves a soñar?

Video: ¿te atreves a soñar? 
Fuente: inKNOWation



La forma de conseguir tus metas es soñar con lo que quieres, ponerle fecha de caducidad a tu sueño y luego trabajar para alcanzarlo. Todo depende de lo que tu creas.

Para poder avanzar tendrás que conseguir que tu motivación salga victoriosa frente a tus miedos. Miedo al qué dirán, a fallar, hacer el ridículo y la vergüenza, reconócelos y enfréntalos.
¿Como hacerlo? --> CREE EN TI.

Tú eres el protagonista de tu vida, lo que tú no decidas probablemente lo harán otros por ti. Al gestionar correctamente tus sueños crecerá tu autoestima y ésta te dará una nuevo visión de la realidad, llena de oportunidades. Así, podrás conseguir mejor tu objetivo, tener claro cual es tu sueño, buscar un qué, que te motive.
Luego compararás tu punto de partida con tu destino, y es fácil que sientas como si encogieras, es normal, estarás tomando conciencia de lo que te falta por aprender.

Te será útil recordar tus orígenes, tus valores y tus principios, y que reflexiones sobre tu misión personal en la vida. Para ayudarte a mantener la tensión creativa y no ceder a la tensión emocional, será conveniente que pienses en tu visión personal, ¿qué  hay más allá de ese sueño? ¿Para qué quieres alcanzar tus sueños?

En cuanto transformes tus prejuicios limitantes, confíes en tí y en tu sueño, y entiendas porqué y para qué lo haces, entonces habrá llegado el momento de pasar a la acción. Experimentaras el placer de conseguir tus sueños.

Puede que al principio te sientas poco competente y vulnerable, que pienses que es arriesgado, ¡no pasa nada! Eres humano y no lo sabes todo, estás aprendiendo. ¡Estás avanzando hacia tu sueño!
Lo que te falta para comenzar a recuperar tu sensación de competencia, es volver a tu entorno a por los recursos personales que sin duda tienes y que con las prisas, olvidaste utilizar. Coge los necesarios, ten paciencia con tu preparación y confianza en tu objetivo. Prepara bien tu estrategia, se perseverante y positivo, y antes de lo que te imaginas, tu sueño se habrá hecho realidad.




miércoles, 2 de octubre de 2013

El mejor aprendizaje: caer y levantarse

Mientras te esfuerzas por alcanzar tus metas, descubres habilidades tuyas que quizá desconocías y potencias otras que posees. Estas experiencias enriquecen tu personalidad y, aunque el resultado final no sea exactamente el deseado, saldrás reforzado ya sea positiva o negativamente, ya que de los errores también se aprende. 
"Una experiencia nunca es un fracaso, pues siempre viene a demostrar algo". Thomas A. Edison.

Nick Vujicic: "¿vas a acabar siendo fuerte?"

Cuando uno camina puede caerse, pero, ¿qué haces cuando te caes? Levantarte, todo el mundo sabe levantarse. Pero a veces en la vida, cuando uno se cae, puede sentir que no tiene fuerza para levantarse de nuevo. ¿Crees que tienes esperanza?
Tumbado, sin piernas ni brazos, debería ser imposible levantarse... pero no es así. Intentaría levantarme 100 veces y si vuelvo a caerme las 100 veces, si fracaso y me doy por vencido, ¿crees que así podré levantarme? No.
Si fracaso lo volveré a intentar otra vez, y otra... porque no es el fin. Lo que importa es cómo vas a terminar. ¿Vas a terminar siendo fuerte? Y así encontrarás la fuerza para levantarte. 


El primer paso para aprender de tus errores es asumir las decepciones. Reconocer que no hemos logrado nuestros propósitos es el primer paso para analizar qué ha pasado y poder plantearnos otros retos. Los obstáculos son, en realidad, el cañón hacia nuevos intentos. "Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender", nos dice Charles Dickens.

Las lecciones que mejor pueden enseñarte son las que tienes todos los días. Todo lo vivido enseñan algo útil para seguir aprendiendo.

Piensa que a veces los fracasos son inevitables. Entonces debes levantarte, intentar aprender algo de lo sucedido y pensar que el "show" debe continuar. Que cuando estés triste porque algo salió mal, no pierdas la esperanza... tras la lluvia siempre hay un arcoiris. Y, aunque a veces nos equivoquemos porque las circunstancias no ayuden mucho, la mejor garantía contra el fracaso es CREER EN TI y en quién eres.
"Sólo una cosa vuelve un sueño imposible... el sueño a fracasar". Pablo Coello.