martes, 22 de abril de 2014

Valórate a tí mismo

Puede que no sepas valorar de todo lo que eres capaz o incluso de quién eres. Lo único que necesitas es despertar, darte cuenta de la realidad de lo que eres, de lo que puedes y de lo que tienes.
Concédete el permiso de equivocarte, de ser tú mismo. No permitas ser lo que los demás quieren que seas, les conviene o gustaría que fueses; porque te estás convirtiendo en lo que ya hay: todos los demás. Concédete el permiso de ser diferente, de ser quien eres, porque ese eres tú y ese es quién quieres ser.

Es probable que a muchos no les guste cómo eres o se enojen por intentar ser ese que eres. Que se alejen de ti creyendo que eres raro o simplemente diferente. Pero si no empiezas a darte ese permiso, no habrá felicidad en tu camino. Te quedarás siendo un individuo más, parecido a otros miles de individuos con los que te cruzarás. Una oveja más de este rebaño al que pertenecemos. Pero, ¿por qué la oveja negra ha de ser la mala? ¿Acaso no tiene derecho a ser diferente? Ser diferente no tiene que ser negativo, somos nosotros mismos los que le damos ese papel. En la mayoría de las ocasiones ser diferente es una virtud, que sólo tú puedes aprovechar.

La sociedad te lo pondrá difícil con sus prototipos de personas en la televisión, las revistas, por la calle..., pero no les permitas cortarte las alas, quitarte la libertad de ser quién eres, quién quieres ser; ya que esa decisión está en ti y te hará libre.

Piensa que estás en el mundo para contribuir con tu fragancia.
Simplemente mírate a ti mismo.
Sé quién eres y sé consciente de ello.
No hay posibilidad de que seas otra persona.
Puedes disfrutar de ello y florecer regado con tu propio amor o puedes marchitarte en tu propia condena, tratando de ser otra cosa, tratando de ser quién no eres.
Tú decides. 

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