miércoles, 22 de enero de 2014

Sé paciente para sentirte mejor

Cuando perseguimos una meta impacientemente y con mucho esmero, la respiración se acelera y se entrecorta, nuestros movimientos son más imprecisos y nuestros pensamientos quedan "fuera" de nuestro control. Nosotros mismos nos ponemos barreras ante las que nos resulta más complicado llegar a aquello que deseamos. 

Si aprendemos a ser pacientes, aprenderemos a no adelantarnos a los acontecimientos, y de ese modo conseguirlos de manera más eficaz. Según el lama Tarthang Tulku: "la paciencia es una amiga que siempre está relajada". 

Te propongo un ejercicio: elige un color que te guste y evoca el bienestar que te aporta, cierra los ojos y siente como recorre y llena todo tu ser; y, mientras te relajas, deja que la impaciencia se desprenda y acoge la calma y la tranquilidad. Puedes elegir una flor, una obra de arte, o cualquier objeto que pueda aportarte serenidad.

Este ejercicio puede servir también para cuando nos sintamos bloqueados y no sepamos qué hacer. Cierra los ojos durante un momento y piensa en aquello que te produce tranquilidad, piensa que estás en ese lugar tan tranquilo que te produce paz, que huele a ese aroma que te produce tranquilidad y escuchas esa melodía que te evoca una sonrisa. Los problemas parecen menores cuando estás tranquilo. 


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