sábado, 7 de febrero de 2015

nuevo Schwarzkopf Palette Perfect Gloss Color

Hola a todo@s!!!!

Sé que quizá este tema descoloque un poco, ya que no tiene nada que ver con lo que suelo tratar, pero quería dedicar una publicación a nuestra belleza.

¿Qué tan importante es la belleza en nuestra sociedad? La verdad es que este tema puede ser tan extenso que no acabaríamos nunca. Me he encontrado hoy con un chico que decía, "a veces la cara vale más que mil palabra". ¿Ese chico ha pensado de verdad lo que decía, o sólo quería hacer un cumplido? La verdad es que me ha dado pena, porque así es hoy en día. Nos fijamos demasiado en el aspecto y juzgamos por él. Tanto es así que nos condiciona demasiado, a las chicas sobre todo, y puede llevarnos a problemas serios para tratar de conseguir ese estereotipo tan deseado. ¿Merece la pena?
Yo hubiera cambiado esa frase por otra más típica, "una mirada vale más que mil palabras". A ésta sí le doy la razón, porque a través de la mirada podemos expresar nuestros sentimientos y cómo somos o estamos. Y me ha hecho plantearme una pregunta (otra más), sobre qué es mejor, una bonita apariencia o una mente cultivada. No es nada nuevo esto, pero si que trae muchas discordias, ya que hay muchas opiniones diferentes y es difícil elegir un sólo bando.

Hablando de belleza, ya se sabe que las mujeres comenzaron preocuparse por su aspecto desde la antigüedad, y ha teñirse el pelo desde la época romana. Bien es sabido que la buena imagen era muy importante para conseguir ciertos propósitos en todas las culturas. También quiero añadir que la imagen es la responsable de la primera impresión que causemos a los demás, pero lo realmente importante se encuentra en otros aspectos como ya he mencionado anteriormente (a mi parecer).

¿A que viene todo esto? Pues no vengo aquí a recomendar simplemente un producto de belleza, sino a recomendar que lo uséis realmente por vostr@s mismos, no por un estereotipo de belleza. Está bien eso de querer impresionar, que te importe lo que digan de tí, pero lo más importante es lo que tú piensas de tí mismo y estar a gusto con ello. Y ya puestos, ¿porque no usar el mejor producto? No mires sólo por tu belleza, sino por tu salud.

Yo era de las que decía que nunca se teñiría, que estropea demasiado el pelo y a la larga acabas sin un tacto natural. Cual fue mi sorpresa, al descubrir Palette, que me equivocaba. Fue mi primer tinte, y la dependienta me decía que con todo mi cabello (largo casi hasta la cintura) necesitaría dos botes o más para obtener un mejor color. Error. Un bote fue suficiente y obtuve un color estupendo, además de un tacto seda que me encantaba!! Ahí comprobé la calidad del producto y la marca obtuvo una seguidora fiel. Además de obtener lo deseado, a un precio económico, ¿qué más se puede pedir?

Os animo a que lo comprobéis vosotras mismas. Si no os atrevéis con una coloración permanente, un tono sobre tono. Si estáis pensando en cambiar de look, os recomiendo que comencéis con el nuevo Schwarkopf Palette Perfect Gloss. Está diseñado para proporcionar un color vibrante, luminoso y brillante ¡¡sin amoniaco!! Su nueva fórmula es suave con la estructura del cabello, por lo que se obtendrá un tacto sedoso. Además de poder elegir una gran variedad de colores!! Lo recomiendo!! Yo al encontrármelo no e dudado en probarlo y he quedado gratamente satisfecha con él ;)

miércoles, 7 de enero de 2015

Una historia que nos hace ser mejor personas

Hoy, en la lectura del libro "Donde tus sueños te lleven", me he encontrado una historia preciosa y conmovedora que nos hace ver la verdadera naturaleza de las personas: la bondad. Querría compartirla para que todos podamos reflexionar y tomar ejemplo que esta maravillosa conducta.

La historia de Pedro

Un grupo de chavales de entre ocho y diez años estaba jugando un partido de fútbol. Algunos de los padres seguían atentamente el partido, hasta que un niño se acercó corriendo para jugar con los demás, pero algunos lo increparon para que abandonase el campo y les dejara seguir jugando su partido. Su madre comenzó a gritarle: <<¡Pedro, ven aquí, déjales jugar!>>.

Pedro, apesadumbrado, salió del campo y se sentó en una esquina ante la vigilante mirada de su madre. Siguió el partido atentamente, viendo como los demás niños se divertían jugando. Iban empatados a dos, y el partido estaba a punto de finalizar.

No obstante, sus ansias pudieron con él, y Pedro irrumpió de nuevo en medio del campo. Su madre lo.volvió a llamar para que abandonase el terreno de juego, pero, a pesar de su insistencia, Pedro no le hizo caso. Los otros niños empezaron a gritarle e insultarle para que saliese del campo, hasta que se dieron cuenta de que Pedro era un niño con Síndrome de Down.

En ese instante se hizo el silencio, hasta que Andrés dijo: <<¡Dejadle jugar, va con nuestro equipo!>>. Todos lo aceptaron sin más. Andrés era el mejor jugador y tenía una gran influencia en el resto de sus compañeros. La madre de Pedro le preguntó si estaba seguro de lo que estaba haciendo, y Andrés le respondió con un rotundo sí.

Pedro comenzó a correr con sus dificultades de un lado a otro, persiguiendo el balón sin mucho éxito, si bien su cara de felicidad era absoluta. Su madre estaba nerviosa y encantada de ver que su hijo estaba disfrutando en aquellos momentos como cualquier otro niño. El partido llegó a sus últimos minutos y seguían empatados a dos tantos. De repente, el árbitro pitó un penalti a favor del equipo de Pedro. Andrés colocó el balón y se dispuso a lanzar el penalti. Sin embargo, en ese momento se acercó hasta el portero y le susurró algo al oído. Andrés volvió hasta donde estaba el balón, pero en vez de chutar se dirigió a Pedro y le preguntó: <<¿Quieres tirarlo tú?>>.

Pedro comenzó a gritar y a saltar de alegría. Su madre no daba crédito a lo que estaba presenciando. Totalmente emocionada se llevó las manos a la cara, tapándose las lágrimas. Pedro se acercó al balón, chutó con toda la ilusión del mundo y tan fuerte quiso golpearlo que a punto estuvo de no darle. Cuando el portero vio hacia que lado se dirigía la pelota, éste se tiró hacia el lado contrario y el balón entró en la portería, marcando el gol que significaba el 3 a 2. Sus compañeros comenzaron a vitorear el nombre de Pedro, celebrando el gol. Todos lo abrazaron; se convirtió en el héroe del partido. Sus compañeros y los niños del equipo contrario que se unieron al grupo, lo llevaron a hombros hasta donde de encontraba su madre. Con los brazos en alto, mirando al cielo, Pedro no dejaba de gritar emocionado: <<¡He metido un gol!, ¡he metido un gol!, mamá, ¡he metido un gol y hemos ganado!>>. Probablemente para esa madre fue el momento mágico más conmovedor que vivió con su hijo. 

Los padres de los demás niños y todas las personas que presenciaron aquel maravilloso suceso estaban en pie, aplaudiendo emocionados y orgullosos por ese gesto de bondad, de comprensión, de amor y de generosidad.

La madre de Pedro se acercó hasta Andrés, artífice del extraordinario gesto. La mujer no podía articular palabra. Entre lágrimas de felicidad, tan sólo pudo decir un entrecortado y emotivo: <<Gracias>>.